Luego de varios días de ausencia él y mi inspiración volvieron, esta vez me encuentro frente a mi
ventana, es una linda tarde de enero, hace un poco de frío pero ver el
horizonte me inspira para escribir pensándote.
Nos juntamos en algún punto de la ciudad, seguramente él dirás
que es el sur o el oeste o el este, la verdad eso no importa, lo único importante
es que le volví a ver y lo único que anhelaba era besarle, comerlo a besos y
abrazarlo, volver a sentir como aprieta mi mano con la suya, a sentirme
solamente de su propiedad. Nos dirijamos al lugar donde alguna vez estuvimos
juntos pero como siempre estaba lleno, en ese trayecto me dio un obsequio, lo
abrí en el instante, era un libro: “Cien años de soledad” puedo decir que me conoce
y acertó en mi autor favorito y el libro que aún no había leído de él pero lo más
especial fue que nunca pensé en que me compraría un obsequio y lo especial que
se convirtió para mí por ser algo que viene de su parte, espero continúe
escribiendo líneas junto a él en el libro de mi vida porque yo amo a ese hombre
por todo lo que él es; llegamos y el lugar estaba lleno, nos dirigimos al
acostumbrado lugar de nuestros encuentros.
Nos adentramos a esa habitación donde podríamos darnos todo
lo nuestro una vez más, ya antes había desabrochado mi sostén y besado mi pecho
y yo había bajado sus pantalones y besado su sexo con tantas ganas acumuladas;
nos quitamos la ropa, beso nuevamente mi pecho y me colocó en la orilla de la
cama, puedo decir que en nuestra posición favorita y me penetró intensamente,
me cogió mientras yo sentía que me iba y en unas pocas embestidas consiguió
hacerme acabar y él, él se fue junto a mí; yacía sobre su pecho solo pensaba en
lo mucho que amo a ese hombre. Fuimos un momento a la ducha y su pene estaba
nuevamente listo para cogerme, salimos y nos dirigimos a la cama me cogió de
nuevo en nuestra mejor posición, me nalgueo esta vez, halo mi pelo y continuó nalgueándome, yo solo podía apretar
su sexo dentro de mí con el mío y una vez más estaba a punto de acabar y gritar
su nombre ¿Qué es mejor que “¡PUTA QUE RICO!”?, solamente terminar rendida en
sus brazos recién cogida junto al hombre que amo, que hace vibrar todo dentro
de mí, estaba recostada en su pecho, ese que tanto me gusta, donde me siento
bien y protegida.
Sus labios se encontraron con los míos, me hizo recordar
nuestro primer beso pero ahora con sentimientos, nuestro beso comenzó a subir
nuestra temperatura, él me tomó sin soltarme y me colocó sobre él, seguíamos besándonos
pero sentía su erección bajo de mí y con algunos movimientos entró nuevamente
en mí y sólo pude soltar un gemido el cual sé que disfrutó porque pidió que lo
repitiera, esta vez yo me lo estaba cogiendo y seguíamos besándonos, solté sus
labios y realicé algunos movimientos, él beso mi pecho y logré que terminara,
me dejo todo dentro de mí.
Nos adentramos en el agua caliente de la tina, él se colocó
atrás de mí y me abrazaba, yo me aferraba a su contorno, fue así como me cogió
la primera vez sin estar yo presente, hablábamos de temas varios y cambiamos de
posición, ahora yo lo abrazaba por la espalda y podía observar su perfil, es
tan excitante poder observarlo, acariciar su barba, su pecho, sentir como el
corazón se sale de su cordura por ese hombre a quien insisto amo con locura, un
momento que guardo en el alma como cada uno de los especiales a su lado.
Salimos de la tina y volvió a cogerme, esta vez yo estaba
bajo de él y me penetraba, yo lo apretaba, me hizo tener orgasmos varios lo sé
porque él es un éxtasis, embriagante de placer, acabamos juntos. Fumamos un
cigarrillo mientras platicábamos y yo me perdía en sus ojos. Era hora de
marcharnos pero él tiene la capacidad de encenderme y me dio unas embestidas más
antes de levantarnos, me encanta la forma en que podemos pasar de algo romántico
a ser tan calientes. Tomamos una ducha, nos vestimos y procedimos a marcharnos,
no sin antes besarlo nuevamente. Salimos del lugar y me dejó en algún lugar de
la ciudad pero mi mente se quedó a su lado.
Te amo mi inalcanzable, lo sigues siendo y lo serás siempre.
Gracias por tu te amo sin caducidad, tienes el mío y más que eso. Eres mi
inspiración, mis ganas de seguir, eres un hombre excepcional e interesante y sé
que no me equivoque al elegirte, al sentirme tuya y todo lo demás no me
importa, solo quédate siempre por favor y yo prometo esforzarme por hacerte
feliz.
Ultimo día de la larga espera pero yo siempre te voy a
esperar… TAG, ¡he vuelto!
Me hace muy feliz el leerte y sentirte de vuelta. Te agradezco que dejes un registro de cada uno de nuestros encuentros, porque como ya te lo he dicho, cada uno es único e irrepetible; es como una mezcla de ingredientes y sabores en distinta medida cada vez. Te amo y disfruto ser la aventura que querías para 2 o 3 veces.... diarias.
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