Era un jueves un poco frío del enero, el reloj marcando “las
te deseo, en punto”, él como en varias ocasiones ya paso por mí y nos dirigimos
a una de esas calles solitarias que uno puede encontrar en la ciudad a esa
hora, se estaciono. A pesar del frío yo quería complacer ese día su deseo por
lo que vestía de falda, un poco larga pero lo suficientemente tallada para que
pudiera observarme, zapatos rojos y cabello desorganizado como siempre, su
comentario fue: “me gustan tus zapatos”, veía el brillo y el fuego en sus ojos.
Se encontraba en el asiento del copiloto junto a mí, desabroche su pantalón y
fui directo a su pene, a besarlo, a dejar que se adentrara completamente a mi
boca, desde mi perspectiva podía observar lo mucho que lo estaba disfrutando y
escuchar sus “ahh” los cuales hacen que me encienda más, subí mi falda y me
coloqué sobre sus piernas, me cogió un poco así y luego pase a estar bajo él,
subí mis piernas al tablero de su carro y él me penetró, casi al instante logró
hacerme conseguir y orgasmo y continuó cogiéndome, embistiéndome una y otra
vez, mordió mi pecho levemente y con eso hizo que me mojara más y consiguió
hacerme venir una vez más, mi mirada se encontraba encendida, a la espera de
que lo hiciera y que lo hiciera ya, comenzó a penetrarme más fuerte y más duro,
el mundo no importó y se dejó venir, con un orgasmo tan delicioso que aún me
hace enchinar la piel al recordarlo dejando todo dentro de mí.
El día transcurrió y el reloj daba las te deseo en punto de
nuevo y yo esperaba por él, salíamos de la oficina y nos dirigimos a su carro
intentando disimular ante la gente, nos adentramos en las calles de la ciudad,
nos dirigíamos a cenar y llegamos a un lugar donde parecía la ocasión perfecta
para beber una copa de vino y comer algo. Al entrar en el lugar nos ubicamos en
una mesa de la esquina e inmediatamente nos ofrecieron beber algo, seguimos la
recomendación del mesero, un vino tinto medio seco con dos años de añejamiento,
nos encontrábamos con las dos copas de vino y debíamos brindar por algo: ¡por
nosotros! Y bebimos un poco; la cena transcurrió entre una plática muy amena a
su lado y uno que otro beso solo para recordarle que él es mío y yo soy
solamente suya sin título de propiedad más que el guardado en mi alma, me
encanta encontrar sus ojos viendo hacia los míos, con ese brillo e intentando
descubrir que sentimiento le están queriendo demostrar en ese momento,
posiblemente siempre incendiándose a su lado. (Hago una pausa en este momento
para poder suspirar pensándote, es sábado y la noche está muy fría, ¿Por qué no
vienes?)
Nuestra cena terminó y nos dirigíamos al teatro, se
estrenaba una nueva obra “El despertar de la primavera” un musical para adultos
(no mi inalcanzable no esperaba ver escenas pornográficas en vivo). Bajamos de
su carro y me llevaba de la mano, me siento tan bien cuando lo hace, me hace
sentir segura, que soy suya pero también que soy libre. La obra comenzó y yo me
encontraba recostada en su hombro, luego él se recostó un poco sobre el mío, lo
suficiente para que pudiera acariciar su barba que comenzaba a salir, a ver su
perfil que tanto me gusta y entre los cambios de escena uno que otro beso, sus
manos en mis piernas y yo derritiéndome en mi lugar. Legó el receso de la obra
y salimos a comprar un par de cigarros a la tienda de nuevo me encontraba
tomada de su mano, el caminando junto a mí, tan seguro como siempre pero con
esa impresión de: YKepiZados, lo amo simplemente.
Nos encontrábamos fumando un cigarro fuera del teatro,
nuestros ojos se toparon, pude ver el brillo de sus ojos pero esta vez el deseo
era menor, podía ver más sentimientos queriendo salir, el cigarro terminó e
ingresamos nuevamente ya que era una noche fría, nos colocamos en un lugar un
poco alejado y nos dio tiempo para poder tomar una foto juntos, una de nuestras
pocas fotos pero de las mejores, captura un momento que se quedará en mi alma.
Volvimos a ingresar para ver el final de la obra y su mano se encontraba en mis
piernas, sus besos eran tan suaves en cada cambio de escena, instantes que aun
puedo sentir cuando vuelvo a cerrar los ojos como en este momento. Salimos y él
se dirigía hacia mi casa para poder dejarme, hubiese querido que el tiempo se
congelara esa noche o poder terminarla en sus brazos y darme el placer de despertar
en ellos el siguiente día pero debo de conformarme con esos instantes en que es
completamente mío para todo y en libertad.
Mi inalcanzable, es una de las mejores noches posiblemente
de mi vida, a tu lado me siento tan feliz, me haces sentir eso que se llama
amor, amor hacia ti, me siento segura, tranquila, me encanta poder ver tus
ojos, tener una buena platica contigo y es que los temas entre nosotros nunca
se terminan y eso te hace más interesante, contigo puedo ser yo y sin miedo a
nada.
Te quedó claro ¿por
qué estoy enamorada de ti?
Eres y serás siempre mi inalcanzable pero yo siempre estaré aquí
por ti, esperare tu respuesta o tendré que escribir la parte 3 con una nueva
idea si todo está claro, TE AMO, en mayúscula y sin vencimiento.
Puedo asegurarte que esos momentos (esa mañana, la cena, la foto ¡esa foto!) han quedado grabados con fuego en mi alma también.
ResponderEliminarMe haces feliz.
Sólo te recuerdo que quedó pendiente la respuesta a la pregunta de la parte 1.