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Un jueves casi perfecto

Algunos días han pasado desde la ultima vez que decidieron escapar de la realidad, una de esas noches donde se ama sin ningún complejo, un jueves casi perfecto.

La tarde estaba a punto de llegar a su fin, ella lo esperaba pacientemente en su carro mientras él aparecía por la calle, de pronto lo vio llegar con esa sonrisa fingida que a veces le suelta al mundo e intentando observar todo su entorno para asegurarse que nadie los observara; se dirigieron a uno de los hoteles que frecuentan y que casi siempre se encuentran llenos, ¿será por estar cerca de un prostíbulo?, decidieron ir a otro hotel que ya no frecuentaban por alguna situación que hace algunos meses vivieron allí. Luego de esquivar el tráfico de la ciudad, llegaron al lugar esperado, una habitación con el diseño muy parecido a la habitación donde estuvieron la primera vez que dejaron a sus cuerpos fundirse.

Los últimos rayos de sol entraban por las persianas, pero ella quería sentir que era de noche ya y que tenían todo el tiempo del mundo para amarse, se abrazaron y comenzaron a besarse intensamente, él comenzó a quitarse la ropa mientras ella lo esperaba en la cama, de pronto se encontraban besándose nuevamente y la ropa continuaba sin caer, con un beso intenso las manos comenzaron su jugueteo por el cuerpo de ambos, él le quitó la blusa y el sostén y de pronto comenzó a besar sus pechos, los tomaba entre sus manos e intentaba con toda su boca dar una leve mordida, ella comenzaba a humedecerse con cada reacción nerviosa que él iba provocando, comenzó a quitarle los pantalones y el cachetero, de pronto se encontraban  desnudos.

Los besos continuaron, las caricias, ella bajo hacia su sexo y comenzó a besarlo con suavidad, primero pasando la lengua desde el inicio al final de sus testículos, jugueteando entre ellos y subiendo uno poco, pero nada mas lo suficiente para encontrarse con el sabor de su humedad, él no resistió mas y necesitaba penetrarla, algo por lo que habían esperado toda esa tarde; se colocó sobre ella y comenzó a penetrarla suavemente mientras sus labios se tocaban levemente, acariciaba un poco sus nalgas, sus pechos mientras continuaba moviéndose y haciéndola sentir esos orgasmos que sólo él sabe hacérselos sentir.

Continuaron en su encuentro mientras él la colocaba "en 4" sobre la cama, ella se aferró a una almohada, con cada penetración sentía que estaba a punto de acabar y así fue, él hizo que se mojara tanto que seguramente sus testículos sintieron cuan húmeda estaba y entonces él no podía más, tenia que acabar pero no como lo haría normalmente, saco su pene y le abrió un poco las nalgas mientras depositaba todo su semen en el medio y luego las tomó con las dos manos y las cerro mientras observaba como se abría camino hasta llegar a las piernas y parte de su vagina; se recostó a su lado mientras sus ojos se encontraban y con una sonrisa se dijeron un "te amo".

Mientras el tomaba una ducha ella pidió algo de tomar, lo preferido por él: una cerveza, mientras ella esperaba encontró la camisa de su amor y se la colocó, se sentaron a platicar y a comer un emparedado mientras bebían un poco; en la cama fumaron un cigarro mientras sus ojos se veían fijamente y platicaban un poco. Fueron a la tina por un momento a abrazarse y platicar, durante algunos momentos se besaban y fumaban otro cigarro. Poco a poco los besos continuaron su intensidad y tuvieron que ir nuevamente a la cama, esta vez tardo mas tiempo pero volvieron a ser uno y el termino dentro de ella, los dos al mismo tiempo mientras se fundían en un abrazo.Pasaron el tiempo abrazados, besándose bajo las sabanas, platicando y haciendo esas cosas que solo pueden pasar cuando dos personas se aman, el tiempo en esos lugares para ellos suele pasar de prisa  y pronto el teléfono sonó para indicar que debían marcharse.

Aun era temprano por lo que decidieron ir a una disco en el centro de la ciudad, entraron al lugar y se sentaron en una mesa, él fue por unos tragos: margarita para ella y cerveza para él, regreso a la mesa y bebieron un poco mientras se observaban y escuchaban la música, ella se levantó de su lugar y fue hacia él a besarlo y para comenzar a bailar.

Bailaron durante algunas horas mientras bebían un poco, de pronto la música paraba para poder cantar alguna canción y luego continuar bailando, pero la noche se hacía madrugada y era hora de volver a la realidad. En el camino hablaron un poco, se dieron algunos besos y cuando llegaron a la casa de ella se despidieron con un beso de esos que solo los enamorados se pueden dar mientras la radio apostaba a su favor y sonaba una de sus muchas canciones.

Un jueves casi perfecto y digo casi porque seguramente hubiesen querido al amanecer encontrarse en la misma cama, bajo la misma sábana, amándose más y deseándose de igual manera pero el tiempo a veces suele ser benévolo y otras trata con crueldad, en esta ocasión fue neutral.

¿Que tal si se vuelven a fugar el próximo viernes?

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Comentarios

  1. Estoy seguro que él está esperando ansiosamente la próxima oportunidad para fugarse y volver a ser tan feliz entre los brazos de ella.

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