Hoy le escribiré a mi abuela, a quien no he dejado de extrañar en ningún momento de estos 3 años y a quien agradezco sus cuidados durante el tiempo que estuvo y la paciencia que tuvo en todo momento.
Uno de los primeros recuerdos de mi infancia es ella; mi abuela cuidaba de mi primo y de mi ya que mis tías y mi mamá trabajaban, teníamos una mesa de esas que utilizan para los niños pequeños, la verdad no recuerdo la edad que tenia seguro era menos de 4 ya que aun no iba a estudiar, nosotros la habíamos acompañado al mercado, en ese lugar ella tenía su puesto favorito para comprar la crema y el queso, ese día nos sirvió frijoles con crema y queso ¿qué más puede pedir un niño de 4 años para comer? bueno nosotros eramos felices con eso, ella se sentaba en la mesa grande y nosotros justo a la par para acompañarnos a comer de la misma manera. Si bien no es algo tan significativo, ni lo mas ostentoso que pudimos almorzar, es una escena que se repite mucho en mi mente y aun en este momento al recordarla hace que mis ojos quieran derramar unas lagrimas a la nostalgia al no tenerla más.
Durante las vacaciones, en algunos períodos las pasaba con mi abuela y ella tenía la costumbre de ir al mercado todos los días, yo felizmente me iba con ella aunque detestaba la forma en la que me tomaba de la muñeca, siempre pasábamos a un local donde vendían comida típica de los mercados, allí ella siempre me compraba un atol blanco de esos a los que les ponen mucho limón, sal y frijoles, sin duda era feliz y si me preguntan por uno de los recuerdos mas felices de mi vida podría asegurar que este estará en la lista.
Busco en mis memorias aquellas noches en las que la soledad se quería apoderar de mi, donde venían las tristezas y buscaba albergue en su cama, a veces aun puedo sentir sus abrazos. Recuerdo que mi madre siempre fue muy estricta conmigo, no la crítico ya que gracias a eso estoy aquí pero cuando las cosas estaban mal y feas mi abuela siempre me apoyó, limpiando mis lagrimas, dándome alientos para seguir, preocupándose por mi.
Su risa, sus "malas palabras" para acompañar todas las oraciones, su mirada triste, el esfuerzo que siempre hizo por continuar aun cuando ya no tenia fuerzas, su comida.... podría decir tanto sobre ella y las palabras no alcanzan pero lo mas importante era su alma, esa que un día decidió salir de su cuerpo y dejarnos. La vida no me alcanzó para poder de alguna forma retribuir todo lo que en algún momento hizo por mí pero más que eso disfrutar un momento más a su lado.
La vida, eso que el ser humano valora tanto, en realidad no es nada, lo verdaderamente importante está en como se vive y con quien, vivir un día al lado de las personas que uno ama no se compara a vivir mucho tiempo y en soledad.
Vivo con la esperanza de algún día volver a verla, no importa cuando, no importa donde, cuando alguna persona que uno ama se va físicamente solamente queda esperar un segundo más, un instante que el tiempo nos quiera regalar para poder abrazarla.
Tres años han pasado desde aquel día.
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