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Un capricho, una fantasía.

Era un viernes por la tarde, luego de una jornada de trabajo y una estresante semana por fin se acercaba el fin de semana y ella podría disfrutar de unos días de descanso. El reloj parecía no querer marcar las 5 de la tarde y cuando por fin lo hizo salió a toda prisa, pensaba en disfrutar su soledad, en aquella ciudad que no era tan grande necesitaba beber unas cervezas y leer un libro en un acostumbrado bar del centro donde la música y el ambiente le permitían relajarse. Al llegar al bar buscó rápidamente su mesa preferida en las afueras del mismo y ordenó una cerveza mientras encendía un cigarrillo, segundos después apareció el mesero con su pedido, dio un trago para disfrutar el sabor y sacó un libro de su bolso, intentando meterse en la historia comenzó a imaginar a los protagonistas y se olvidó de todo lo que la rodeaba.

Pasaron algunos minutos y la cerveza  se terminaba, decidió pedir otra y repetir el procedimiento, pasado un par de minutos y con la vista cansada y la oscuridad apoderándose del precioso atardecer decidió guardar el libro y terminar su cerveza. Se sentía observada, cosa que nunca había sentido en ocasiones anteriores y cuando levantó la vista y la posó en la mesa de al lado, en ella se encontraba sentado un hombre con una mirada profunda y por la forma de encontrarse con sus ojos se dio cuenta que él la observaba. Él, moreno de pelo rebelde, un poco mayor a ella, le hizo un saludo con la vista y una sonrisa tentadora hizo que ella bajara la mirada rápidamente, se sentía como su presa sin querer serlo. Terminó su cerveza y decidida a irse mientras pedía la cuenta él se acercó un con su mas encantadora sonrisa le preguntó la hora, ella tras sentir un escalofrío en todo el cuerpo  y una frialdad disfrazada de amabilidad le respondió:

- las 6:30 de la tarde
Agradecido pero sin dar tregua intento seguir la plática - veo que te vas a marchar y no me he acercado antes porque no quería interrumpirte, te veía muy concentrada en tu lectura y me dio curiosidad el libro, parece ser muy bueno para atrapar a alguien de esa manera.
Ella relajándose un poco respondió - si, seguro es un muy buen libro o yo una fanática de, que pase feliz noche. Intentándose alejar y él sin saber por qué quería que ella se quedara le tomo la mano cuando ella se dio la vuelta y le pidió que le permitiera invitarla a una cerveza mas para que le pudiera comentar sobre él libro, se hizo pasar por alguien muy interesado en la lectura.

Ella lo pensó durante varios segundos, nunca había aceptado una invitación a un extraño y dudaba en hacerlo con él, pero había algo en su mirada que hizo conectarse y accedió.  El llamó al mesero y ordenó dos cervezas mas, al principio no sabía por donde comenzar pero esta vez fue ella la que comenzó la platica, le gustaba hablar de libros y aunque a él no le interesaba precisamente hablar de libros, supo que era la forma de hablar con ella. La había visto otras veces en el mismo bar y siempre le había llamado la atención pero nunca había tenido el valor de acercarse hasta ese día.

Terminaron la cerveza y ella terminó de hablar de la lectura en la que estaba encajada, sus ojos se chocaron en mas de una ocasión y ella no acostumbrada a beber demasiado sabía que era hora de marcharse, pero él convencido en no dejarla ir comenzó a preguntar sobre cosas triviales y hasta ese momento se preguntaron su nombre, él ordenó dos cervezas más y ella noto que se estaba pasando un poco de la bebida pero decidida a que fuera la ultima la aceptó.

Las horas pasaban y ellos continuaban hablando, el coqueteo cada vez era mas descarado, en algunas ocasiones se dirigió al baño y desabrocho un poco su blusa, se recogió el pelo en una cola alta dejando al descubierto su cuello y se dio cuenta que él le gustaba y quería tener sexo.

El por su parte se encontraba nervioso al principio pero decidido a estar con ella, acercaba su silla, le tomaba las manos e intentaba acariciarla, notaba que le había agradado, cuando ella volvió poso su mano en la rodilla, justo un poco abajo del borde de su falda, en ese momento ella sintió escalofríos y un calor que nunca antes había sentido, subió la mirada y al encontrarse con sus ojos se quedaron en silencio durante segundos que parecían eternos, él se acercó a su cuello pero solo aspiro su olor y eso terminó de encenderla. Pero dispuesta a no ser débil, le dijo que debía de irse, al ver que el lugar estaba un poco solo, le preguntó:

- ¿traes carro o pasan por ti?
- Pediré un taxi, dijo ella
-Te puedo llevar si gustas y podría platicar un poco mas contigo Jeannette

Ella no sabía que hacer, no sabía con que tipo de hombre se topaba pero había disfrutado de su compañía y tras pensarlo, él  intuyo lo que pasaba y le dijo:

-Tranquila, no te haré daño pero me has caído muy bien y se que por mi te has retrasado, lo menos que puedo hacer es acompañarte y no me sentiré culpable si algo te pasa.

Ella no muy convencida decidió irse con él, pidieron la cuenta y se dirigieron al carro. El le preguntó donde vivía y ella le mostró la ruta hacia su casa. El camino comenzaba a ser silencioso, parecían nerviosos y solo se escuchaba su agitada respiración, ella no sabia por qué se sentia excitada, con deseos de besarlo y él sentía lo mismo intentando ocultar una erección bajo su pantalón.

Decidió poner su plan en práctica y puso la mano cerca de la orilla del sillón, ella al notarlo se acercó, su cuerpo rogaba sentir las manos de Pancho, como le pidió que lo llamara. El al notarlo tras un halago posó su mano en el muslo, ella lo observó sin decir nada. Por un momento se detuvo a pensar y le pidió que la dejara en la próxima parada en la que él no pudo estacionarse y giró en una calle aledaña, todo estaba oscuro y sentía preocupado por tener que dejarla en ese lugar pero no quería que ella pensara que le iba a hacer daño. La despedida se acercaba:

- Un gusto platicar contigo Pancho, me has caído muy bien.
-Gracias, tu eres encantadora. Viéndola fijamente a los ojos y tomándola de las manos.

Ella se acercó para despedirse y al sentir el roce de su piel y suave beso en la mejilla las ansias de los dos se dispararon, el colocó su mano sobre su mejilla y ella al intentar separarse se encontró con sus labios, unos segundos se quedaron inmóviles y tras no pensarlo mucho sus hormonas comenzaron a poseer sus cuerpos, se besaron lentamente y la intensidad comenzó a subir, sin separarse él acariciaba su pierna intentando subir y ella hacía lo mismo, no hablaron, las palabras sobraban, la lujuria hacia gala en sus pupilas, le desabrochó la blusa, bajo sus manos hacia su pecho y se separó de su boca para besarle el cuello, bajo a sus pezones, los mordió y deslizó sus manos bajo la falda hasta llegar a su ropa interior, la hizo a un lado y comenzó a acariciar su clítoris. Despues de unos momentos de turnarse entre sus pechos  y sus labios quería apoderarse de su cuerpo, se pasó al sillón donde ella se encontraba, le abrió las piernas y besó su húmedo sexo, desabrochó su pantalón y se metió dentro de ella. Ella apretaba su pelo entre sus manos, le abrazaba y clavaba sus uñas en su espalda, un calor se apoderó de ambos y cuando no pudieron mas llegaron a su climax juntos.

Cuando lograron recuperar su respiración, él le dijo que no la dejaría en ese lugar, ella después de lo que había pasado  y sin coordinar sus pensamientos accedió a que la llevara. Llegaron a su casa:

-Gracias por traerme, un gusto conocerte, acercándose.
-El gusto ha sido mio, permítete volver a verte ¿me das tu número de teléfono?.

Tras un largo silencio, ella accedió y por cortesía le pidió el de él. Se despidió y caminando sin ver hacia atrás pensaba en lo que acababa de hacer, en lo bien que la había pasado y que sin duda alguna lo repetiría. El tras verla desaparecer la observaba y no podía pensar en nada mas que volverla a ver.


Los días pasaron, él no sabía si llamarla y pedirle una cita y ella encajada en su "yonollamoanadie", él tan "ningunasemeresiste" y ella tan "noruegoanadie".

¿se volverán a ver?, ¿se llamaran?...


PD.
¿Cumplimos una fantasía mi amor?
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