Era un día cualquiera, de esos que la rutina premia, de aquellos que no te das cuenta, por su mente pasaba el miedo de la soledad, por la de ella el miedo a seguir sin perdón pero estaban ahí en silencio sin compartir y siendo uno. Un silencio abrigó el frío que había y no por el clima sino por la distancia, el corazón se esforzaba en juntarse pero ya no era posible, se moría.
A veces no piensas sobre el último momento, a veces le temes tanto pero ¿Acaso alguien sabe cuando va a terminar? Te esfuerzas por reflejar lo que sientes y por el contrario ocurre un sabotaje interno, nadie está consiente de querer o de no querer incluso después de un tiempo, nadie sabe como enfrentar un adiós, odio las despedidas.
El amor es algo más que tener sexo, que esperar y complacer, tampoco es perfecto aunque quieras idealizarlo, el amor simplemente te prueba cuando menos lo esperas como sentimiento básico y te exprime hasta saber si resisten o no, lo hace de mil formas y nunca igual, te lastima donde menos lo esperas, donde más te duele y luego deja que decidas si sanar la herida o morir de desamor, olvidar, perdonar o asfixiar.
Somos tan humanos que disfrutamos el sufrimiento porque nos gusta hundirnos en él y hacemos que la felicidad parezca algo inalcanzable ¿Es amar la felicidad? ¿Soy yo? ¿Eres tú? Te voy a querer toda la vida pero aprendí que el amor y el perdón no se mendiga y eso es un fondo para superar la soledad de tu partida.
Marciana
A veces no piensas sobre el último momento, a veces le temes tanto pero ¿Acaso alguien sabe cuando va a terminar? Te esfuerzas por reflejar lo que sientes y por el contrario ocurre un sabotaje interno, nadie está consiente de querer o de no querer incluso después de un tiempo, nadie sabe como enfrentar un adiós, odio las despedidas.
El amor es algo más que tener sexo, que esperar y complacer, tampoco es perfecto aunque quieras idealizarlo, el amor simplemente te prueba cuando menos lo esperas como sentimiento básico y te exprime hasta saber si resisten o no, lo hace de mil formas y nunca igual, te lastima donde menos lo esperas, donde más te duele y luego deja que decidas si sanar la herida o morir de desamor, olvidar, perdonar o asfixiar.
Somos tan humanos que disfrutamos el sufrimiento porque nos gusta hundirnos en él y hacemos que la felicidad parezca algo inalcanzable ¿Es amar la felicidad? ¿Soy yo? ¿Eres tú? Te voy a querer toda la vida pero aprendí que el amor y el perdón no se mendiga y eso es un fondo para superar la soledad de tu partida.
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