Era un viernes por la tarde, luego de una jornada de trabajo y una estresante semana por fin se acercaba el fin de semana y ella podría disfrutar de unos días de descanso. El reloj parecía no querer marcar las 5 de la tarde y cuando por fin lo hizo salió a toda prisa, pensaba en disfrutar su soledad, en aquella ciudad que no era tan grande necesitaba beber unas cervezas y leer un libro en un acostumbrado bar del centro donde la música y el ambiente le permitían relajarse. Al llegar al bar buscó rápidamente su mesa preferida en las afueras del mismo y ordenó una cerveza mientras encendía un cigarrillo, segundos después apareció el mesero con su pedido, dio un trago para disfrutar el sabor y sacó un libro de su bolso, intentando meterse en la historia comenzó a imaginar a los protagonistas y se olvidó de todo lo que la rodeaba. Pasaron algunos minutos y la cerveza se terminaba, decidió pedir otra y repetir el procedimiento, pasado un par de minutos y con la vista cansada y la oscu...