Ella no cree en nada, tal vez ni en el amor que le profeso pero necesita que le bese sus inseguridades, que acaricie sus miedos y que abrace los malos recuerdos, ella me necesita sin aceptarlo. Pero ella decidió quitarse la curiosidad conmigo de como hacer el amor, de hacer que el amor exista. Creo que ya aprendió la lección, pero con lo persistente y necia que es, no se conforma con una y quiere perfeccionar el arte, ese que yo le enseño entre mis brazos, debajo de ella y en ella, su candado ahogándose de mi llave, yo ascendiendo y ella hundiéndose, solamente le he enseñado a hacer lo infinito entre sus muslos. Si la tuviera a mi lado, le haría el amor cada madrugada como lección de un amor que no se compra ni se vende, tampoco se regala, solamente se aprende. Cada uno de esos días abriría los labios para saborear los suyos, para saborear su sexo, me colocaría a su lado y la castigaría metiéndosela y sacándosela mientras mi brazo acaricia su pierna y sus caderas. Intent...