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Mostrando entradas de agosto, 2015

En sus palabras, quizá.

Ella no cree en nada, tal vez ni en el amor que le profeso pero necesita que le bese sus inseguridades, que acaricie sus miedos y que abrace los malos recuerdos, ella me necesita sin aceptarlo. Pero ella decidió quitarse la curiosidad conmigo de como hacer el amor, de hacer que el amor exista. Creo que ya aprendió la lección, pero con lo persistente y necia que es, no se conforma con una y quiere perfeccionar el arte, ese que yo le enseño entre mis brazos, debajo de ella y en ella, su candado ahogándose de mi llave, yo ascendiendo y ella hundiéndose, solamente le he enseñado a hacer lo infinito entre sus muslos. Si la tuviera a mi lado, le haría el amor cada madrugada como lección de un amor que no se compra ni se vende, tampoco se regala, solamente se aprende. Cada uno de esos días abriría los labios para saborear los suyos, para saborear su sexo, me colocaría a su lado  y la castigaría metiéndosela y sacándosela mientras mi brazo acaricia su pierna y  sus caderas. Intent...

270 días

Se que piensas que eres solo sexo y ganas para mi pero no es así aunque vale la pena arriesgar un orgasmo o unos cuantos por tu compañía efímera  a veces tan distante, vale la pena intentar demostrarte que hay un corazón que late por ti y unas venas llenas de sangre que retumban cuando se sienten tuyas. Soy esa que te dedica suspiros, pensamientos y deseos y que construye sueños contigo sin tenerte, quien sabe apreciar el tiempo que hemos compartido, esas pequeñas cosas que tiene cada momento desde las pequeñas arrugas que se forman a un lado de tus ojos cuando sonríes hasta la forma en la que a veces logro erizar tu piel.  Yo creo que el tiempo nos confundió, nos colocó a ti muy pronto y a mi muy tarde, es tan ingrato que a veces se disfraza de distancia y me deja suspirando por ti en el balcón de mi ventana. Nos confundió porque no supo darse cuenta de nuestro deseo aun antes de conocernos, fue un egoísta al tardar en aceptar su error hasta que el destino pudo arreglar un...

Tragos de luna en tu piel

Eres mis ganas cuando despierto, una parte de un deseo carnal que se sube a mi cabeza y un deseo sentimental que se aloja en mi alma. Eres mi fuente de deseo, el desespero de mi placer ¿imaginas cuantas veces has sido mio en los sueños?, no podrías imaginar cuantas veces he tocado mi sexo imaginándote en mi habitación sobre mi y escuchando en voz baja tus gemidos, esos de placer que a veces salen. Te escribo a ti para que sepas el mundo de sabor a placer y de amor que descubro en tu cuerpo y que solo yo quisiera probar. Vivo para verte reír y muero por escucharte gemir, y si me faltas alguna vez ¿como llego al paraíso si la escalera hacia ese lugar es tu piel? de adentro hacia afuera tus brazos han logrado cobijar cada uno de mis sentimientos, de mis deseos. Aprovecha mis lunares amor mío, úsalos como puntos suspensivos para que esta historia nunca tenga final. Recuerdo nuestro primer beso, ese beso que no era para nada común, ese que llevaba la necesidad de los dos, el deseo que n...

¿Le ponemos título?

El lugar es lo que menos les importaba cuando estaban juntos y podían demostrarse el amor mutuo, él la abrazaba por la cintura mientras plantaba besos sobre su mejilla y los labios, la acariciaba y hacia que su cuerpo se estremeciera y comenzara un incendio que solamente él sabia como terminarlo.  La habitación tenia una decoración moderna, luz blanca y una tina, todo acomodado para ser un nido de amor y de pasiones. Entraron al lugar y pronto comenzaron a despojarse de su ropa, como aquellos amantes que se conocen de hace mucho. Se acomodaron en la cama con la ropa interior aun puesta y una sábana que a penas lograba cubrirles la piel, se abrazaron y comenzaron a besarse despacio mientras sus manos buscaban el camino hacia sus zonas eróticas. La ropa que aun quedaba comenzó a estorbar y la hicieron caer, continuaron dándose algunos besos y caricias, el se colocó recostado en la cama dejando su pene a merced de ella, sus labios comenzaron a recorrer su cuello  y haciendo un...